jueves, 8 de julio de 2010

Acoso y derribo

He leído estos últimos días un artículo y una noticia, aparentemente bien diferentes, que me han producido cierta confusión. A pesar de presentar contenidos independientes tienen un factor común que podría clasificarlos en la misma categoría: en ambos casos los protagonistas son niños. ...Hay algo que no encaja y da vueltas en mi cabeza...

El primer artículo, aparecido en la revista Mujer Hoy (nº.586), relata la experiencia de una madre neoyorquina que decidió que su hijo, de nueve años, podía y debía actuar de forma autónoma: le dio "un billete de metro, un plano con las estaciones, 20 dólares para emergencias y algunas monedas por si necesitaba llamar desde una cabina" y, con una mochila a la espalda - tal y como aparece en la fotografía - lo lanzó a su primera aventura urbana "La ciudad Sí es para mí", se titula.

La noticia, de tintes bastante más oscuros, reza " Condenado un colegio de Vitoria por tolerar el acoso a un menor por compañeros de clase "(El Correo) y relata que además de los insultos, golpes y desprecios sufridos por el niño, la espiral de violencia que fue iniciada por un solo compañero, derivó al cabo de unos meses, en un total y absoluto aislamiento social del chico.

Efectivamente, nuestra sociedad se sumerge hacia una educación en la dependencia - a pesar de que afirmemos que queremos hijos autónomos - pero al mismo ritmo y sin pausa, vamos delegando: de nuestra labor como padres, a los que nos toca, y de nuestra labor como educadores, a los que se dedican a ello. Bien...en eso caminamos de la mano.

En primer lugar, dudo que educar en la autonomía sea invitar a nuestro hijo de 9 años a viajar en metro solo; yo, desde luego, no me atrevería. En segundo lugar, agudicemos el oido cuando les escuchemos decir:"Mamá, me llaman tonto y loco"o "Fulanito me ha pegado". Les aconsejo tomar nota: no vale contestar "No hagas caso" e identificar al que actúa así con aquellos a los que más queremos para, inmediatamente, ir corriendo al colegio. Tampoco vale decir "Pégale más fuerte tú" como he oído - con estupor - más de una vez; supongo que no queremos niños agresivos ni conflictivos.

En el primero de los casos, el niño aprenderá que mamá o papá siempre van a estar ahí para cuidarme y defenderme. Eso no es cierto y él, precisamente él, no se merece la mentira. En el segundo de los casos, aprenderá el "Ojo por ojo, diente por diente" y que con la fuerza bruta los problemas se resuelven, lo cual, tampoco es verdad. Ambos estilos "educativos" realmente obligan a la dependencia de los demás: o me defienden o me defiendo con la fuerza, es decir o ellos hacen(los padres) o yo hago si ellos me hacen ("acción-reacción") . Ambos estilos condenan al niño a la renuncia sobre la adquisición del control sobre tu propia vida.

Tengo dos hijos y en ambos casos, intento enseñarles a ser efectivamente autónomos. Ante comentarios similares he actuado siguiendo unas pautas

1.- No dramatizar pero tampoco olvidar su llamada de atención.
2.- Recoger información con delicadeza de la situación (no al mismo tiempo, no es un tercer grado) ¿Cuántos se han metido contigo? (número)¿Cómo? (modo)¿Cuándo? (tiempo) y ¿Por qué?(motivo)
3.- Y después de un análisis y reflexión ofrecerles alternativas válidas, aquellas que ellos, sólamente ellos, pueden asumir.

Recientemente he tenido las siguiente conversación - parcelada - con mi hijo:
- Todos me llaman tonto y loco
- ¿Todos? ¿Cuántos?
- Pues todooos!! Todoooss!! Yo no quiero volver ahí..
- ¿Y tú qué qué les dices?
- Que no me importa, que ya estoy acostumbrado (Vaya...mala estrategia)
.....y más tarde
- Bueno, son dos los que me insultan y se meten conmigo
- !Vale! ¿Y qué hacen los demás?
- !!!Pues nada!!! Qué van a hacer!!
- Bien...y cuándo...
- Pues hoy una niña me ha llamado tonto...Los demás le han dicho que pare de insultarme y ella ha dicho que era una broma (o sea.., que no son todos...y le han tenido que defender los demás)
- Pero hay uno que sigue insultándome y metiéndose conmigo: que digo tonterías, que estoy loco...
- Hijo...tendrás que aprender a defenderte...Sin pegar, por supuesto.
- Mamá ¿sabes lo que es una "rotura"?
- Si..
-¿Puedes decirme alguna?
-Exactamente para qué frase
- Me han dicho que soy el más tonto de los vecinos de mi barrio
- Pues tú le contestas que lo suyo es peor ...que él es el más tonto de Bilbao. (Risas)

La risa- siempe terapéutica-, el distanciamiento al hecho que les hace sufrir, el ligero cambio de posición por nuestra parte y el "tú puedes" es lo que funciona...pero !ojo! no hay milagros...el día a día nos va marcando el camino. Lamento profundamente que la crueldad de un solo niño y la debilidad del resto puéda causar tanto daño a un tercero. Otro día comentaré la otra cara de la moneda: la de los niños acosadores y las terribles consecuencias de la falta de autoridad, de valores y de educación en la que vamos sumergiéndonos en esta sociedad. No hay que estar encima, pero tampoco dejarles solos... Y sí, también la falta de educación, de normas y de límites abandona a los niños a su suerte. Eso también es demoledor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario