En plena supervivencia de nuestras particulares tormentas
cada uno puso su palabra
apuntando al cielo.
Con ladrillos porque no había piedra,
y betún en lugar de argamasa
las frases se agrietaban,
tus manos se endurecían...
Ya no entendía lo que escribías
Ya no entendía lo que escribías
Caí confusa en el barro
y tanteando busqué el mar...
sintiendo de nuevo la dolorosa lluvia roja,
el diluvio universal
el diluvio universal
Muy enigmático texto, he allí su atractivo.
ResponderEliminarBesos dulces para tu fin de semana.
Besos Dulces para el tuyo también, Dulce. Y para todos un deseo: que vuestras palabras lleguen hasta el cielo.
ResponderEliminarBesos,
Que no se agrieten las frases ni se vuelvan negras las palabras este fin de semana.
ResponderEliminarBesos
Una auténtica torre de Babel, así imposible hacer nada.
ResponderEliminarMuy buena, Pat.
Besos.
gracias, Chapiniki.
EliminarBesos,
Se enloquece cuando la realidad no se entiende, o peor, cuando se inventa...
ResponderEliminarBesos,