durante tres meses transporté la dura carga.
La mochila que portaba estaba llena de decepción, pena y rabia.
Con el paso de los años he ido recuperando la entereza
pero ahora la que se queja es mi alma
y es que aún te sigo echando en falta.
Entonces recuerdo el verso de Antonio Machado:
“Late corazón…No todo se lo ha tragado la tierra”
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