Caminaba por la calle con mi jefa y la socia de la empresa en la que yo trabajaba.
Comentábamos, cordialmente, actitudes y comportamientos acerca del hijo de ésta última, y cuando yo también quise - cordialmente - intervenir, me escuché decir:"Es un ladilla", cuando en realidad yo esperaba oir:"Es un guindilla".
Abochornada me disculpé ante mi jefa que caminaba a mi lado..!UFFF!
Creo que la suprema, afortunádamente, no lo oyó o entendió.
Mmmmm !Qué fotos de guindillas ofrece Photaki!
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